La soledad: reseña de la película El curioso caso de Benjamin Button

Retrovisor. Atardecer Holanda 2018. Foto: Diana Socha Hernández


“La vida sería infinitamente más alegre si pudiéramos nacer con 80 años y nos acercáramos gradualmente a los 18” Mark Twain

Tendríamos todo el conocimiento suficiente para disfrutar la vida al revés. Naceríamos ya con un don, con la misión para la que fuimos traídos a este mundo. Ocuparíamos nuestro tiempo en una actividad destinada y con las personas que son necesarias para disfrutar de eso que ya sabemos, eso que gozamos, lo que nos hace felices. No tenemos que pensar en las cosas que debemos comprar o en las metas que debemos cumplir, porque ya las tendríamos. Sí, estaríamos ubicados en lo que muchas personas sueñan por años conseguir, si ese fuera nuestro destino. Aprovecharíamos intensamente de ese don, hasta que poco a poco fuera desvaneciéndose, es decir, a medida que pasan los años, vamos desaprendiendo, dejamos en el olvido algunas de las cosas que hemos logrado y a las personas que han hecho parte de ella. 

Dejaríamos de disfrutar de ese don y nos enfocaríamos en las cosas sencillas, en la naturaleza, en las personas que van quedando a nuestro lado. Jugaríamos y nuestro interés cambiaría por algo más básico. Ya fuimos responsables, ya actuamos como adultos, ahora solo nos queda disfrutar de lo sencillo. Ni el dinero, ni las cosas materiales tienen valor en esta etapa de la vida. No tiene sentido pensar en lo que voy a dejar (cosas materiales) y tampoco tiene sentido algunas personas, porque finalmente se queda con lo esencial.

Naceríamos con un aspecto físico maduro y poco a poco, nuestra piel y nuestros músculos tomarían fuerza, hasta quedar débiles y finalmente moriríamos.

Esta era la idea de Eric Roth; quien adaptó el guion de la película El Curioso Caso de Benjamin Button junto con Robin Swicord, basándose en el relato de F. Scott Fitzgerald. 

En la película, nos presentan a un personaje inusual que trata de adaptarse a un mundo corriente. Lo interesante de Button es cómo decide vivir su vida con esa particularidad que lo hace único, y en ese sentido la película nos presenta su experiencia de vida, tan común, como cualquiera de nosotros. Es claro que aunque nuestro presente es consecuencia de nuestro pasado, debemos vivir hacia adelante, como lo dicen en el film: "La vida solo tiene sentido yendo hacia atrás, pero hay que vivirla hacia adelante". 

Ámsterdam 2018. Foto: Diana Socha Hernández.


La soledad 

Si bien, Benjamín se encuentra con personas que le van dando sentido a su paso por la tierra y se aventura a disfrutar de todo lo que se le presenta, en cada una de sus etapas, la soledad es una constante. A pesar de amar a Daisy, decide que lo mejor es dejarla por varias razones y considero que la principal es porque él necesita de la soledad para conocerse, para disfrutar de las pequeñas cosas, para aprender y para morir sin ser una carga difícil.

"Benjamin, estamos destinados a perder la gente que amamos. ¿De qué otra manera sabríamos cuán importantes son para nosotros?" Nuestra vida esta marcada por la gente que pasa por nuestro camino, aprendemos cómo no ser y cómo podríamos ser mejores, gracias a las personas con las que vivimos cada una de nuestras etapas. Muchos de nosotros no podemos separarnos de la gente que queremos, porque son quienes nos permiten sentirnos completos. Pero también decidimos quiénes no deben continuar en nuestro camino, porque nos hacen daño o porque no nos aportan. Aunque también dejamos ir, aunque las amemos, pero esto será motivo de otro texto en mi blog.

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No tenemos el privilegio de nacer con todo, y gracias a eso, hemos aprendido cómo conseguirlo, cómo construir de apoco lo que nos hace felices. Queremos hacer nuestro paso por la vida lo más agradable posible, a veces se nos olvida que esa es nuestra misión y nos enredamos con cosas tontas que no aportan. 

Los dejo con parte de la carta que Benjamín le escribe a su hija, tal vez, les de ideas para continuar viviendo de la mejor manera, total todos vamos a morir algún día (espero que de viejos, con un corazón de niños). 

«Si te sirve de algo, nunca es demasiado tarde o, en mi caso, demasiado pronto para ser quien quieres ser. No hay límite en el tiempo. Empieza cuando quieras. Puedes cambiar o no hacerlo. No hay normas al respecto. De todo podemos sacar una lectura positiva o negativa. Espero que tú saques la positiva. Espero que veas cosas que te sorprendan. Espero que sientas cosas que nunca hayas sentido. Espero que conozcas a personas con otro punto de vista. Espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa. Y si ves que no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo».



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